Jugar en la playa, leer, escribir, planificar visitas culturales o hacer sudokus son actividades ideales para mantener despiertos a niños y niñas
“El descanso es algo fundamental para los niños y las niñas, pero el descanso mental no es sólo sinónimo de dormir sino que consiste en plantearse cosas distintas a las que se realizan durante todo el año y mediante actividades lúdicas, seguir impulsando sus habilidades”, señala la Asesora de Talento y fundadora de Talentoscopio, Marta Díaz Barrera
Talentoscopio recomienda combinar actividades de exterior con actividades de interior. Jugar en la playa, realizando construcciones de castillos de arena es un ejercicio muy positivo para trabajar la habilidad, la imaginación, la creatividad y la visión espacial de los niños, así como su capacidad para resolver problemas cuando por ejemplo llega una ola y rompe la estructura que están construyendo
Leer es un ejercicio fundamental para potenciar la capacidad de comprensión y síntesis. Además, animarles a que escriban sobre sus aficiones o sobre sus actividades o viajes veraniegos permite mejorar la expresión y la organización mental, mientras que escuchar cuentos en otros idiomas les irá familiarizando con otras lenguas
Madrid, julio de 2015.- La época estival es un buen momento para descansar y desconectar de nuestra actividad de todo el año. Lo es para los adultos y también para los más pequeños. Sin embargo, es posible aprovechar ese tiempo libre y las actividades propias de las vacaciones de verano para continuar impulsando nuestro Talento.
“El descanso es algo fundamental para los niños y las niñas, pero el descanso mental no es sólo sinónimo de dormir sino que consiste en plantearse cosas distintas a las que se realizan durante todo el año y mediante actividades lúdicas, seguir impulsando sus habilidades”, señala la Asesora de Talento y fundadora de Talentoscopio, Marta Díaz Barrera, para quien lo fundamental es que los pequeños continúen estimulados para ser creativos.
En ese sentido, desde Talentoscopio se recomienda combinar actividades de exterior con actividades de interior. Jugar en la playa, realizando construcciones de castillos de arena es un ejercicio muy positivo para trabajar la habilidad, la imaginación, la creatividad y la visión espacial de los niños, así como su capacidad para resolver problemas cuando por ejemplo llega una ola y rompe la estructura que están construyendo.
Eso, unido a actividades propias de verano como la natación, ayudan no sólo a hacer una actividad saludable, sino también a realizar ejercicios de sincronización óptimos. Otro tipo de actividades como las visitas culturales, también son importantes para mantener despiertos a los pequeños y para que aprendan no sólo patrimonio histórico, sino el origen de nuestra cultura y empiecen a tener sus propios criterios, como por ejemplo cuando analizan los detalles de una fotografía en una exposición o de una pintura en un museo o galería de arte.
Y si son importantes las actividades de exterior, no lo son menos aquellas que pueden hacerse también dentro de casa para evitar exponerse al sol en las horas más calientes del día. Leer es un ejercicio fundamental para potenciar la capacidad de comprensión y síntesis. Además, animarles a que escriban sobre sus aficiones o sobre sus actividades o viajes veraniegos permite mejorar la expresión y la organización mental, mientras que escuchar cuentos en otros idiomas les irá familiarizando con otras lenguas.
Otras actividades divertidas como crucigramas, puzzles o sudokus también son bienvenidas y muy importantes para estimular las mentes de los pequeños a través del juego y de actividades lúdicas. Incluso los videojuegos, siempre que se utilicen de forma moderada, pueden ayudar a mantener esas mentes despiertas.
“En definitiva, todos los niños tienen Talentos que hay que detectar y fomentar. El papel de los padres y la familia es importante porque a pesar de que en verano los horarios y la rutina cambian, el estar en movimiento, aprender cosas nuevas, pensar e interesarse por el entorno desarrollarán su creatividad, flexibilidad, su lógica y su capacidad de iniciativa entre otros», insiste Marta Díaz Barrera.
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