De acuerdo con los resultados de un ensayo clínico, suplementar a madres gestantes y bebés con la cepa Lactobacillus rhamnosus HN001 reduce la aparición de eccemas hasta en un 61 % de los casos.
La piel, el órgano más grande de nuestro cuerpo con una superficie en una persona adulta de unos 2m2, a día de hoy sigue presentándose como una de las áreas de estudio de la medicina que más enigmas plantea. Y es que, nuestra piel, definida por muchos como el tercer cerebro, tiene la capacidad de reflejar cómo se encuentran nuestros órganos internos o cómo es nuestro estado emocional. Lo hace en formas de múltiples patologías como la psoriasis, la dermatitis atópica, la rosácea o los eccemas.
De estos últimos, los eccemas -una afección muy común entre los niños, que hace que la piel se seque, pique y se inflame-, y de cómo frenar su aparición, se ha pronunciado la compañía especializada en microbiota Nutribiótica, basándose en los resultados de un ensayo clínico aleatorio. De acuerdo con el mismo, la suplementación con probióticos en embarazadas y en bebés estaría relacionada con una menor aparición de eccemas.
A este estudio se sometió a madres gestantes quienes fueron suplementadas con la cepa Lactobacillus rhamnosus HN001 desde las 35 semanas de gestación hasta los 6 meses después del parto y a los propios bebés hasta los dos años de edad. Una vez finalizado este periodo se observó la prevalencia de eccemas en estos niños, más de 400. Los resultados tras el suministro de probióticos fueron concluyentes: la suplementación con esta cepa reducía la aparición de eccemas hasta en un 61 % de los casos, poniendo así de manifiesto la capacidad de Lactobacillus rhamnosus HN001 para ejercer un efecto protector sobre la aparición de estas lesiones en niños de 2, 4 y 6 años.
“Una vez más se demuestra la importancia de conocer los efectos específicos de cada cepa y de acudir siempre a un profesional de la salud con conocimientos actualizados”, indican desde Nutribiótica.
0