- El mítico restaurante Roto volvió a abrir sus puertas en marzo con una propuesta: convertir esta década en unos nuevos “felices años 20”
- Una idea que ha triunfado, consiguiendo convertir a este restaurante en uno de los más solicitados de la isla.
Ibiza, agosto de 2021. La gente está cansada de malas noticias y necesita reencontrarse y recuperar el optimismo. Eso es lo que ha demostrado el restaurante Roto con el éxito de su proyecto “Los felices años 20”. Una idea innovadora que ha conquistado a la noche ibicenca, porque ha sabido captar a la perfección la esencia de Ibiza. Esta propuesta, que se lanzó el pasado mes de marzo, recupera el optimismo de los años 20 del siglo pasado a base de buena comida, sorpresas y un marco incomparable, con las mejores vistas de la isla.
Según Miguel Sancho y Andrés García- Prado, los co-fundadores de este enclave, el éxito de Roto radica en la autenticidad. “Cada día suceden cosas sin que estas cosas estén preparadas o impostadas. En Roto no vas a encontrar un show específico pre-empaquetado: Roto es sorpresa, es diversión, es autenticidad, es volver a las esencias” aseguran con orgullo.
Una autenticidad que se palpa desde el mismo instante en el que entras por la puerta. En ese momento, parece que es obligatorio dejar los problemas y las preocupaciones atrás y limitarse a disfrutar de la experiencia. A ello ayuda, desde luego, su localización, que fue clave en su propia creación. Y es que Roto nació una madrugada de julio hace ya seis años. Ese día, tras una tormenta, los fundadores de este local se subieron a unas piedras próximas al puerto, contemplaron las vistas y se dieron cuenta de que estaban en el lugar perfecto para poner en marcha su restaurante. “Ese lugar era un excepcional mirador a la historia de la ciudad, de la isla, es un auténtico espectáculo ver la llegada de barcos a puerto, mientras se esconden el sol detrás del castillo de Dalt Villa y se encienden las luces de la ciudad” afirman.
Esas vistas de Ibiza y el rugir del mar rompiendo justo bajo el restaurante ya le garantizaban cierto éxito a Roto, pero hacía falta algo más. Y ese algo más llegó de la mano de su cocina, basada en productos autóctonos y de temporada, con verduras de la propia isla y pescado y marisco traídos directamente de la lonja. Platos como la tempura de langostinos tigre o el bacalao negro macerado en sake se han convertido en firma de la casa.
Pero la guinda al pastel la pone, sin duda, el ambiente. Una decoración exquisita y cuidada ocupa cada rincón de Roto y hace que el visitante se empape de la esencia del lugar y consiga entrar en esa dinámica de “felices años 20” que tanto éxito está teniendo en la noche ibicenca. “Hay momentos del día donde echas un vistazo al lugar y te das cuenta de que los teléfonos no están en las manos de las personas y que la gente que visita Roto se ha dejado invadir por esas sensaciones muy difíciles de explicar y vuelven a ver con los ojos, a sentir con la piel. Esos momentos son mágicos” aseguran, emocionados, desde el propio restaurante.
A ello contribuye, sin duda, la implicación de cada miembro del equipo en el proyecto. “Todos forman parte de la filosofía de empresa y saben que en esta compañía las cosas se hacen diferente” afirman los fundadores. Esa diferencia radica, desde hace meses, en conseguir transformar el ánimo de la gente y llenar el ambiente de optimismo pese a las dificultades. Así se logra que, aún cumpliendo con todas las medidas sanitarias, Roto sea un espacio Covid-free en todos los sentidos, porque la tragedia sale también del ánimo y la mente de los comensales, que solo tienen que preocuparse de disfrutar.
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