- “Estamos asistiendo a un gran cambio en cuanto a la consideración de esta enfermedad”
- Los afectados por la polio apenas depositaban esperanzas en la concesión de la prestación social o de su jubilación anticipada
Madrid, 30 abril de 2021. Las personas que padecen poliomelitis tienen dos formas de poder dejar de trabajar cuando sus condiciones físicas (y a veces también psicológicas) ya no le permiten ejercer su trabajo en unas condiciones normales de eficiencia y dignidad. La primera es adelantar su edad su jubilación aplicando coeficientes reductores por razón de la discapacidad y la segunda por incapacidad permanente.
Hasta hace poco, muchas personas no podían beneficiarse de una jubilación anticipada a causa de la ley vigente. Desde 2009, solo se ampara el derecho de las personas con discapacidad a poder prejubilarse a partir de los 56 años siempre y cuando tengan un 45% de discapacidad reconocido desde hace mínimo 15 años. Sin embargo, Fidelitis ha conseguido sentencias favorables a muchos de sus clientes con esta enfermedad viral que no disponían del correspondiente certificado de discapacidad durante todos esos años, consiguiendo que los Tribunales reconozcan la fecha de diagnóstico como suficiente para el cómputo de los 15 años (y no desde la obtención del certificado, puesto que hay gente que ni siquiera sabía que tenía que solicitarlo o porque los baremos cambiaron y han tenido un grado de discapacidad inferior al 45% durante parte del período mínimo exigido).
Por otro lado, está el reconocimiento de la incapacidad laboral permanente, algo a lo que recurren estos pacientes cuando no han llegado a los 56 años pero tampoco pueden seguir trabajando debido a las secuelas de su patología.
En España, según las últimas cifras del 2020 proporcionadas por el Instituto Nacional de la Seguridad Social, 948.917 personas tienen reconocida una pensión por incapacidad permanente. Sin embargo, las cifras anteriores a la pandemia revelaban que una inmensa mayoría de las solicitudes presentadas para este tipo de prestaciones eran rechazadas en la vía administrativa.
Con la situación actual (y las previsiones demoledoras para el futuro, según los expertos), los afectados por la, comúnmente conocida, “polio” apenas depositaban esperanzas en la concesión de la prestación social solicitada. Sin embargo, Fidelitis ha conseguido en los Tribunales de Justicia lo que la Administración venía denegando de forma sistemática, y es que la poliomelitis es causante de diversos elementos incapacitantes que impiden en mayor o menor grado el desarrollo de la actividad laboral.
Julián, de 61 años de edad, lleva desde que nació con un diagnóstico de poliomelitis, afección degenerativa que en la actualidad le produce fuertes dolores en caderas, columna vertebral y tobillo con signos artrósicos. Con la ayuda de Fidelitis, ha conseguido poner fin a un proceso que finalmente le otorga la razón y lo libera de sus funciones laborales.
Lorenzo Pérez, experto en cuestiones socio-laborales y presidente de Grupo Fidelitis, afirma que: “Es un proceso duro. Hay un largo camino para la mayoría de los afectados desde que comienzan los trámites hasta que se le reconoce la incapacidad permanente en el grado que se solicita”.
En relación a los casos de polio, el presidente comparte que: “Hemos visto un gran cambio en cuanto a la consideración de esta enfermedad por parte de los Tribunales de Justicia. Con paciencia, esfuerzo y con conocimiento en profundidad de la Ley, todos nuestros clientes afectados por esta enfermedad están obteniendo un feliz desenlace”.
Es por ello que conocer muy a fondo la normativa y procedimientos y, sobre todo, contar con un equipo especializado de profesionales para asesorar a los afectados en este largo camino, será una máxima si se pretende obtener un resultado óptimo para el enfermo y reducir al máximo los tiempos de lo que para muchos es un “calvario”.
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